5 cosas que he aprendido al llegar a México

Solo han pasado cuatro días desde nuestra partida a México, pero desde el viernes que tengo la percepción del tiempo un poco cambiada, como si los días se estuvieran estirando, todo pasara más lento y el día tuviera mucho más de 24 horas. Puede que sea el jet lag (hay 8 horas de diferencia horaria); que todavía no me he adaptado al ritmo de aquí (estoy durmiendo poco y a las cinco de la madrugada ya estoy despierta); o puede que sea la novedad, el cambio, que hace que el tiempo se perciba distinto.

A pesar de la sensación de tener más tiempo, sé que no me estoy pasando demasiado por las redes, lo intento, porque no me quiero perder lo que estáis publicando, que sé de muchas compañeras que estos días están de lanzamiento, de LC, etc., pero mi cerebro no da para todo y de momento tengo el foco puesto en la instalación y las cosas básicas de supervivencia. El apartamento donde nos alojamos está muy bien y está amueblado, pero le faltan cosas básicas como la comida o toallas, unas sábanas de repuesto y otras cosas de este estilo.

Además, tengo que admitir que me está costando adaptarme al lugar. Tengo dolor de cabeza, algo de deshidratación y me siento cansada, también voy lenta y me falta vitalidad. Creemos que es por la altitud, porque estamos rozando los 2.000 metros. Antes de marcharnos, nos dijeron que cabía la posibilidad de que sufriéramos un poco los síntomas del mal de altura, y bueno, creo que me ha tocado el boleto. Ojalá mi cuerpo se adapte pronto porque ¡tengo una lista muy larga de cosas por hacer!

De momento solo hemos visto los alrededores de nuestro complejo en Juriquilla, principalmente la zona de parque, piscina y gimnasio que tenemos dentro del complejo, y las tiendas y supermercados. El primer día también vimos el paisaje del trayecto nocturno de Ciudad de México a Santiago de Querétaro.

A pesar de lo poco que hemos visto, hay algunas cosas que hemos aprendido:

1. Los mexicanos son tremendamente amables y de buen trato, te sientes acogido en el minuto uno.

2. La vida mexicana es mucho más tranquila que la de aquí. En todos los sentidos, tanto en lo bueno, como en lo no tan bueno, porque a veces tienes la sensación de que no hay organización y que todo se hace sobre la marcha.

3. El tráfico en las horas punta es horrible (y las horas punta son la mayoría). Cuando salimos de Ciudad de México, tardamos más de 4 horas en hacer un trayecto que de normal se hace alrededor de 3 horas. Y en Querétaro, ahora están de obras y la ciudad se colapsa cada día.

4. El clima es ideal: temperaturas parecidas a las de primavera por la mañana, verano al mediodía y luego vuelve a bajar hasta que por la noche que refresca lo suficiente para tener que abrigarte un poco.

5. Los supermercados son de tamaño XL, me recuerdan mucho a los que nos encontramos cuando fuimos de viaje a Estados Unidos, y hay un surtido impresionante de fruta tropical que ya estoy deseando probar.

Hasta aquí la crónica de hoy 🙂

No sé cuando volverá a escribir, pero ya os iré contando.

Un abrazo,

Arya

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